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jueves, 22 de diciembre de 2011

Todos contra Clarín o... "Negocios para Todos (los empresarios amigos)"






Hace una semana publicamos una nota en La Verdad Obrera (acá) titulada "'Papel para todos'... los empresarios de la prensa". Ahí decíamos, entre otras cosas, lo siguiente.


"Como lo vimos durante los últimos cuatro años, tanto el gobierno como 'la Corpo', con sus respectivos aliados, encubren tras discursos democráticos los verdaderos intereses (capitalistas) que los motivan" (...) "El gobierno busca intervenir en el negocio que desde hace 32 años manejan a gusto y piacere los dos diarios más grandes del país, accionistas mayoritarios de la única empresa productora de ese insumo: Papel Prensa. La movida tiene el objetivo de mejorar la posición de los medios gráficos kirchneristas, mediante el acceso al papel y a un precio 'igualitario', logrando ventajas competitivas en la disputa con los medios opositores. La idea oficial es que Página/12, Tiempo Argentino, Crónica y varios diarios del interior cuenten con más papel, ampliando su espacio para vender más publicidad y mejorando las condiciones para seguir reproduciendo la versión kirchnerista de la realidad".


Bien. En el transcurso de la semana se dio la votación favorable en Diputados del proyecto oficial para definir como "bien público" al papel para diarios. A su vez los senadores dieron dictamen en comisiones y por estas horas se aprestan a convertirlo en ley. En sí la idea (algo que no le gusta para nada a Clarín) es que los dueños de Papel Prensa estén obligados a venderle papel de diarios a todas las grandes empresas periodísticas, a un precio único y atendiendo la demanda. O sea, quitarle a Clarín y La Nación la facultad de "gobernar el mercado" solitos usando la situación de privilegio que ostentan desde que, junto a Videla, le robaron la fábrica al Grupo Graiver (quienes a su vez la habían obtenido de negociados con dictaduras anteriores).



O sea, que haciendo pesar los millones de votos obtenidos en octubre, Cristina y su elenco estable decidieron avanzar unos casilleros más contra "La Corpo" mediática para ver si ésta acepta, en definitiva, acompañar sin chistar el nuevo mandato subordinándose a los requerimientos oficiales. Nada nuevo, aunque sabiendo quién está en frente es posible que el asunto se convierta en una de las "novelas" políticas del próximo período, con tiras y aflojes, escándalos, acusaciones cruzadas y algún que otro moretón.


El "problema" Cablevisión
¿Cómo hace un gobierno que le dió todo, todito, a Clarín durante los primeros cinco años de gestión para sacárselo ahora que las relaciones carnales dejaron de darles placer mutuo? Hace tres años que el kirchnerismo se la tiene jurada a Magnetto y Noble. Algunas veces pudo pegar (aprobación de la Ley de Medios, conquista a Grondona y su multimillonaria pasión de multitudes, creación de medios amigos para disputarle audiencia y lectores, etc.) y otras se quedó con el amargo sabor de la derrota (hasta ahora no se pudo comprobar que Marcela y Felipe son hijos de desaparecidos -no porque no lo sean, sino porque el Estado no se anima a descubrirlo, escribimos sobre eso hace tiempo acá-, hay medidas cautelares vigentes que impiden la aplicación de artículos de la Ley de Medios contra las mega corporaciones, Fibertel no desapareció -como había prometido De Vido hace un año-, etc.).
En los últimos meses, al calor de la campaña electoral, ambos adversarios habían preferido dedicarse a otra cosa y dejar de agredirse, no fuera a ser cosa que unos perdieran votos y otros perdieran plata (y viceversa).
Las elecciones ya pasaron. Y hoy el nuevo mandato de CFK está en curso, con un cada vez más profundo giro a derecha del gobierno a través de una batería de medidas tendientes a descargar los primeros efectos de la crisis internacional sobre las espaldas de los trabajadores (¿sino cómo hay que leer el tarifazo que se viene en la luz, el gas y el agua, o el pedido oficial para que los aumentos salariales estén por debajo de la inflación, o la amenaza que significa la reciente modificación del Código Penal para criminalizar aún más la protesta social incorporando a pedido de EE.UU. la figura del terrorismo contra los luchadores sociales -ver acá-?).
En este contexto, y pensando en no perder del todo la "mística" Nac&Pop que tanto rédito le trajo en el pasado, la presidente y su elenco decidieron ponerle un poco de pimienta al fin de año. Mientras los legisladores se empalagan votando, mientras Moyano y Scioli se las ingenian para plantarse en la interna de cara a la sucesión (ver artículo 'Disputas de fin de ciclo'), y mientras la población intenta armar la mesa navideña con el pan dulce y la sidra cada vez más caros; a través de una manganeta judicial el gobierno logró que Cablevisión sea "intervenida" por el Estado, con el supuesto objetivo de que la empresa retrotraiga su situación a antes de diciembre de 2006, cuando se produjo su fusión con Multicanal. Es decir, que vuelvan a ser dos empresas en lugar de una.


Pero el gobierno tiene un problema. O dos. En primer lugar, fue el mismo kirchnerismo quien permitió hace cinco años esa fusión escandalosa (eran otros tiempos) y las transformaciones que viven en este mundo capitalista las corporaciones (fusiones, quiebras, concentración, monopolización, etc.) no pueden deshacerse por un simple decreto o fallo judicial. Eso no sólo lo saben los funcionarios, sino que con esa certeza Clarín ya anunció que va a recurrir a los tribunales internacionales para reclamar por "lo que le corresponde". Elementos para confiar en esos estrados no le faltan. Prácticamente nunca las cortes internacionales (representantes de los Estados imperialistas, en definitiva) fallan contra las grandes empresas del mundo. Y Clarín es una de ellas. Desde ya habrá que esperar con qué armas va el propio gobierno, quien en el "concierto internacional" -léase, relación con el imperialismo- está haciendo muchos méritos para ser escuchado. Pero ese será un capítulo próximo.


En segundo lugar, y no menos importante, al gobierno se le va a complicar intentar hacerle desandar a Clarín el camino recorrido en décadas sin provocarle fuertes golpes, sin lograr romper al menos parte de la estructura del Grupo. Y esa no parece ser la orientación más conveniente para "el modelo", en un momento donde las grandes patronales acuerdan con Cristina avanzar en lograr mayor "seguridad jurídica" para invertir y seguir haciendo buenos negocios.
Por eso, la imagen de decenas de gendarmes irrumpiendo en las oficinas de Cablevisión (llegando al colmo de revisarle los bolsos a los trabajadores de la empresa), seguramente no resulta agradable a los ojos de la burguesía. Ni los capos de la UIA, ni Paolo Rocca, ni los pooles sojeros y los exportadores de granos, ni Ratazzi y sus colegas de las automotrices, ni mucho menos los CEOs de las decenas de multinacionales yanquis y europeas que hoy hacen "pingües ganancias" en Argentina (CFK dixit) habrán aprobado el escandalete protagonizado por los funcionarios judiciales y uniformados enviados por Garré, transmitido por TN y replicado por buena parte de la prensa mundial.


Hoy Clarín la juega de legalista y anuncia que va a acatar la decisión judicial de intervenir la empresa de cable del Grupo al tiempo que reclamará ante cortes internacionales. Pero nada hace prever que a nivel político esta nueva ofensiva del kirchnerismo vaya a ser tomada pacíficamente por Magnetto y sus secuaces. En ese sentido, es probable que los de esta semana hayan sido apenas los primeros chispazos que anticipan mayores incendios. Habrá que ver hasta dónde pretenden jugar con este fuego cada uno de los bandos capitalistas en disputa. O, mejor dicho, hasta dónde están dispuestos a pisarse la manguera entre bomberos.


Queda para un próximo análisis el papel jugado en todo esto por los empresarios Daniel Vila y José Luis Manzano (ayer ultramenemistas y hoy aparentes representantes del empresariado nacional y popular). Ya escribimos acá, acá y acá sobre ellos, así que nos remitimos a esos artículos. 
Sí vale recordar que si la embestida contra Cablevisión está motivada por la combinación de la búsqueda de mayores ganancias por parte del Grupo UNO (de Vila/Manzano) y la puja entre el gobierno y "la Corpo" mediática, poco podemos esperar los trabajadores y el pueblo en beneficio de nuestros propios intereses. 
Absolutamente nada bueno saldrá de esta "novela de enredos" para la verdadera libertad de expresarnos, para la posibilidad real de decir y dar a conocer nuestras opiniones y nuestra vida, para la libertad del pueblo explotado y oprimido de usar los medios de comunicación en nuestro propio beneficio.

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